El
comienzo de un blog tal vez debería ser algo excesivamente sorprendente; una
especie de desborde brutal de inteligencia y originalidad que parte en dos la
pantalla del monitor mientras tú —sí, tú que lees ahora mismo— te preguntas qué
está pasando, cómo puede alguien escribir algo así, cómo no se me ocurrió a mí,
cómo…
Pero no. La pantalla no se
rompe, no ves chispas desaforadas y aún te preguntas cuándo Tago Hladík llegará
a aquella frase contundente, a aquellas palabras que lo justifiquen, a la
esperada epifanía de signos y líneas en la pantalla.
Mi blog sólo comienza. Así
nada más. Simplemente sucede, como una mirada, una sonrisa, un golpe, un día de lluvia.
Pues no está nada mal tu blog mi amigo. Lo que más me ha gustado "Lupita se fue". Aparece Borges en tus textos, ya sea por alución directa o tangencial. Tienes madera, contínúa, lo haces bien. Y lamento, si es cierto lo que dices de las novelas, que las hayas destruído. Lo escrito en la juventud, los primeros textos, suelen no tener la técnica necesaria pero sí el frescor y el ingenio verde de las musas aun tímidas. Dichos trabajos, de ser releídos tras el paso del tiempo, podrían remozarse con la experiencia adquirida y cobrar el valor artístico necesario para sobresalir.
ResponderEliminarBien, me gusta tu trabajo. Saludos
Félix Acosta
http://www.wix.com/felacos/control
Gracias, Félix, por plasmar tus palabras en el espejo de brea. Y sí, admito que el fantasma de Borges me persigue y a veces me susurra algo que no logro entender. Ahora mismo lo veo, justo frente a mí, mirándome sin mirar...
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