viernes, 7 de marzo de 2014

Más tapas y otras chauchas


     En el post anterior desperdigué algunos comentarios poco lúcidos acerca de la tapa de los libros (otros la llaman portada, pero según algunas fuentes la portada es otra cosa… en fin, realmente no importa). Lo que sí me interesa es el papel que esa fachada llamada tapa o cubierta juega en la experiencia de acercarse a un libro. Después de todo, es la puerta de entrada, el rostro del cuerpo tangible en el que habitan muchas cosas inmateriales: espíritus, recuerdos, olores, sonidos… retratos fuera de foco de una realidad diferente para cada lector. Me interesa la tapa como premonición de todos esos fantasmas; como el presagio de las imágenes que pequeños símbolos impresos crearán muy lejos y muy cerca de las páginas, en algún oscuro rincón de la mente.
     Acá van otras cinco tapas que me gustan. En algunas se translucen puertas. Otras simplemente dicen mucho sin decir nada. Todas tienen algo.